Evita el choque térmico del vidrio
El choque térmico del vidrio es un fenómeno que ocurre cuando un vidrio experimenta un cambio brusco de temperatura en la superficie o entre diferentes partes de ésta. Este repentino cambio de temperatura puede provocar tensiones internas en el vidrio que pueden resultar en la formación de grietas o incluso en su ruptura.
Diferentes factores pueden provocar la ruptura del vidrio por choque térmico:
- Exposición directa al sol: La intensidad de la radiación solar sobre el vidrio puede calentar rápidamente su superficie, especialmente en el centro en comparación con los bordes, generando así una diferencia de temperatura elevada.
- El material del marco de la ventana: Si el material de marco de la ventana es un mal conductor de calor, puede retener el calor en la zona del vidrio, creando gradientes de temperatura significativos y aumentando el riesgo de choque térmico.
- Ubicación incorrecta de las fuentes de calor en la casa: Las fuentes de calor ubicadas cerca de las ventanas pueden generar un aumento localizado de la temperatura en ese área.
- Cortinas que obstruyen el paso del aire: Las cortinas pesadas o gruesas pueden obstruir el flujo de aire alrededor de las ventanas, lo que dificulta la disipación del calor acumulado en el cristal.
Para prevenir el choque térmico existen diferentes soluciones. Para los casos que requieren una protección contra el calor es posible instalar un cristal especial llamado control solar. Normalmente, este vidrio tiene recubrimientos especiales que reflejan parte de la radiación solar incidente, reduciendo así la cantidad de calor absorbido por el vidrio. Para las situaciones que requieren protección contra el frío se prefiere un vidrio aislante. Este tipo de vidrio consta de dos o más paneles de vidrio separados por una capa de aire o gas, tales como argón o criptón, que actúan como aislante térmico. Aún así, la mejor opción es el vidrio selectivo, capaz de proteger tanto del calor como del frío.
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